
La Asamblea General de la ONU ha aprobado la Declaración Política sobre Enfermedades No Transmisibles y Salud Mental, que reconoce de forma explícita la inactividad física y los estilos de vida sedentarios como factores de riesgo modificables. El texto compromete a los Estados a promover la actividad física, aumentar los espacios públicos activos, fomentar el deporte y la recreación, y reducir el sedentarismo. Además, incluye la obligación de «promover la actividad física, incluida la educación física y el deporte, en programas escolares y comunitarios»..
El 25 de septiembre de 2025, las Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno reunidos en la Asamblea General de Naciones Unidas aprobaron la Declaración Política sobre Enfermedades No Transmisibles (ENT) y Salud Mental. Este documento constituye un hito internacional en la lucha contra la principal causa de muerte y discapacidad en el mundo, y marca la hoja de ruta global hacia 2030 en la prevención de las ENT y la promoción del bienestar psicológico.
LA INACTIVIDAD FÍSICA Y EL SEDENTARISMO, RIESGOS SEÑALADOS DE MANERA EXPLÍCITA
La Declaración establece de forma clara que los principales factores de riesgo modificables de las ENT son «el consumo de tabaco, el consumo nocivo de alcohol, las dietas poco saludables, la inactividad física y la contaminación del aire». El texto subraya que todos ellos «son en gran medida prevenibles y requieren acciones intersectoriales».
También advierte que los procesos de urbanización están generando «estilos de vida sedentarios e inactividad física», lo que, junto a dietas inadecuadas, malnutrición y hambre, supone riesgos crecientes para la salud pública. Frente a ello, los Estados se comprometen a movilizar y asignar recursos suficientes, previsibles y sostenidos que permitan desarrollar respuestas nacionales efectivas.
En el caso de la obesidad, la Declaración afirma literalmente que esta está impulsada por múltiples factores, «incluyendo la falta de actividad física, la falta de sueño y el estrés».
COMPROMISOS PARA CREAR ENTORNOS ACTIVOS Y ACCESIBLES
La Declaración no se limita a señalar los problemas, sino que fija compromisos concretos. Entre ellos, se incluye el llamamiento a «promover la actividad física aumentando el número de espacios públicos en los que las personas, a lo largo de todo el curso vital, puedan estar físicamente activas».
Asimismo, en las medidas de promoción de hábitos de vida saludables, los Estados acuerdan «promover una actividad física adecuada, incluidos el deporte y la recreación, y reducir el comportamiento sedentario, incluso aumentando el acceso a los espacios públicos».
Estos compromisos colocan a la actividad física en el centro de las políticas urbanas, de movilidad y de ordenación de los espacios públicos, reconociendo que las ciudades y comunidades deben configurarse para facilitar que todas las personas tengan oportunidades reales de moverse y estar activas.
EDUCACIÓN FÍSICA Y DEPORTE EN PROGRAMAS ESCOLARES Y COMUNITARIOS
La Declaración va más allá al mencionar expresamente la necesidad de actuar en el ámbito educativo. Dentro de las acciones dirigidas a mejorar la alfabetización en salud, se establece el compromiso de «promover la actividad física, incluida la educación física y el deporte, y reducir el tiempo de pantalla de los niños y niñas, con vínculos a programas escolares y comunitarios».
Este punto supone un reconocimiento sin precedentes a la educación física como herramienta de salud pública, integrándola de forma explícita junto con el deporte y la actividad física en las estrategias globales para reducir la inactividad y el sedentarismo desde edades tempranas. Además, resalta la importancia de conectar la acción escolar con programas comunitarios, ampliando el impacto educativo al entorno social.
IMPLICACIONES PARA ESPAÑA Y PARA LA PROFESIÓN
Para España, el documento de Naciones Unidas aporta un aval internacional a la necesidad de garantizar que la población tenga acceso a espacios adecuados, a programas de deporte y recreación, y a una educación física de calidad.
Para la profesión de las educadoras y educadores físico deportivos, la Declaración constituye un respaldo político y simbólico de máximo nivel. Reconoce que la educación física, la actividad física y el deporte son piezas esenciales en la prevención de las enfermedades no transmisibles y en la promoción del bienestar mental, y que reducir la inactividad física y el sedentarismo es una prioridad global.
En definitiva, la ONU ha dejado claro que la lucha contra las ENT y los problemas de salud mental no puede entenderse sin incorporar la actividad física en todas sus dimensiones. Este respaldo internacional es una oportunidad para seguir avanzando en España en la implementación de políticas que den cumplimiento efectivo a estos compromisos, situando a la profesión de las educadoras y educadores físico deportivos en el centro de las estrategias de salud pública.
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